En los albores de 2021, mi padre (el Dr. Mark Trozzi) y yo nos embarcamos en una misión para exponer las atrocidades de la Empresa Criminal Covid, y ayudar a liberar a Canadá de su control. No estábamos seguros de cómo llegaríamos a fin de mes, ni de si nos capturarían o matarían. ¿Merecería la pena el sacrificio y el peligro el impacto positivo de nuestro trabajo? Las incertidumbres eran pesadas y estresantes.

Aunque mi padre es un médico veterano de 25 años, tranquilo bajo presión y con mucha experiencia en la vida, yo era un asistente informático muy novato; acababa de cumplir 20 años -un bachillerato de 2020, con absolutamente ninguna cualificación-. Tenía un don para el arte, y había estudiado emprendimiento de forma paralela, pero nunca había intentado nada parecido a lo que nos proponíamos hacer. Si algo era seguro en este nuevo capítulo de mi vida, era que estaba aprendiendo en el trabajo.

Al adentrarnos en aguas desconocidas para nosotros, nos enfrentamos a la censura corporativa, fuimos blanco de instituciones gubernamentales criminales y fuimos calumniados por los medios de comunicación de los dinosaurios. Acosados por demonios adecuados en cada momento, trabajamos de nueve a dieciséis horas al día para hacer realidad nuestra visión; para ayudar a sacar la verdad a la luz.

Trabajé únicamente en segundo plano durante casi un año, hasta que conocí a una oportuna guía: una encantadora doctora llamada Susan. Tocamos música juntos, hablamos de ideas y filosofía, y rápidamente nos hicimos amigos. En el transcurso de una larga conversación, ella planteó la cuestión de que mi generación no tiene casi ninguna representación.

La Dra. Susan me preguntó: "¿considerarías poner tu nombre ahí fuera?"

"No, mi lugar está en el fondo", respondí. Sin embargo, la semilla estaba sembrada y la pregunta ocupaba mi mente día y noche: Si no soy yo, ¿quién?

La sincronización siguió. Menos de una semana después, se me presentó la oportunidad de poner la pluma sobre el papel y escribí mi primer artículo público, Una guía para principiantes para acabar con el lavado de cerebro de las Grandes Tecnologías, que publicamos en drtrozzi.org con motivo de mi 21^st cumpleaños. Me sentí inspirado y apreciado al ver que el recuento de lecturas superaba las 5.600. Las respuestas positivas llegaron a raudales de nuestro bello público, familiares y amigos. Luego, la guinda del pastel se puso en mi motivado corazón, cuando John Platinum presentó mi artículo en un post sobre Todos los Goss. El título: "A los jóvenes."

"Es de esperar que no sea raro encontrar tal iluminación en la juventud de hoy". Estas palabras cambiaron mi percepción del futuro, y mi visión del mundo, más rápido de lo que podría decir, "No estoy solo".

En las semanas siguientes, contemplé lo que iba a hacer a continuación; no me vino ninguna intuición sobre lo que debía escribir. ¿Qué problema puedo ayudar a solucionar a continuación? Me parecía que había un millón de opciones para elegir. Antes de poder avanzar, tenía que mirar atrás, y pensé en la Dra. Susan y en el mismo problema que inició esta experiencia: mi generación no tiene casi ninguna representación.

Mirando en mi interior, considerando cómo llegué a este punto de mi vida, recogí mis experiencias del último año, las habilidades que había aprendido y esta reciente experiencia de despertar a esta nueva cuestión de interpretar toda esta guía aparentemente divina. Poco a poco, el rompecabezas empezó a encajar.

Poco después me incorporé al Comité de la Juventud del CMI, que acababa de formarse un par de semanas antes. Al incorporarme, me preguntaron cómo iba a despertar/inspirar a mi generación, y mi respuesta fue las ideas iniciales de Over to the Youth. En los días siguientes, mi mente giraba en torno a esta cita de Gandhi, que había leído en la pared del apartamento de mi hermano un par de años antes.

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"

Predicar con el ejemplo es la única manera de ser un líder. Si quisiera que mis compañeros resolvieran los problemas del mundo que les preocupan, primero tendría que resolver los que me preocupan a mí. Tendría que ser pionera en la creación de una forma de colaboración entre los jóvenes para lograr un cambio positivo, construir una plataforma para que sus voces fueran escuchadas y ponerlos en contacto con los maestros que necesitaban para tener éxito en sus búsquedas. Finalmente, cuando decidí empezar a construir este sitio web, los restos de mis dudas se desvanecieron al producirse otra sutil sincronización: "overtotheyouth.com" estaba disponible.